Los países africanos han incrementado sus esfuerzos para contener el virus. Sin embargo, estos se han visto dificultados por los déficits sistema de salud, las bajas condiciones sociales y la deuda con organismos internacionales. Con más de 400 millones de personas viviendo en pobreza extrema, sequías frecuentes, inundaciones y hambrunas, la gestión del coronavirus es un reto que va a costar superar.