Solo en este primer mes de 2021, el mundo ha experimentado eventos que marcarán el futuro de las relaciones internacionales, la política exterior, la acción climática o la cooperación transfronteriza en los años por venir. Desde la salida de Reino Unido de la Unión Europea hasta la inauguración del nuevo presidente estadounidense Joe Biden, los medios de todo el globo se han centrado en cubrir las noticias más trascendentales en el escenario mundial. Sin embargo, un hecho que probablemente pueda llegar a ser determinante para el progreso de la sociedad global no ha tenido tanta cobertura. Hablamos del AfCFTA, el Área Continental Africana de Libre Comercio, que entró oficialmente en vigor el mismo 1 de enero de 2021.

La estrategia llevada a cabo por la Unión Africana (UA) y su rápida actuación han permitido mantener controlada la crisis sanitaria en el continente, y han mostrado unas cifras que han sorprendido a la comunidad internacional. A pesar de contar con unas estructuras debilitadas y una mayor escasez de recursos sanitarios en comparación con los países de occidente, África registra un número relativamente reducido de casos positivos y un porcentaje de fallecimientos que corresponde, aproximadamente, a la mitad del registrado en el continente europeo.

A finales de 2020 se alcanzó un acuerdo para normalizar las relaciones entre Israel y Marruecos. Antes de la su independencia en 1956, Marruecos era el país del mundo árabe con mayor presencia de población judía. Actualmente 40% de la ciudadanía marroquí desconoce el legado del judaísmo en su país, y su visión de Israel se limita al enfrentamiento con Palestina. La normalización de relaciones traerá grandes ventajas económicas para la población del reino alauí, dedicada en su mayoría a la explotación agrícola, ámbito en el que Israel es considerada una potencia global.

En 2018 centenares de huesos fueron enterrados en Namibia después de haber aguardado un entierro digno durante más de un siglo. Dichos restos llegaron desde Alemania, donde a inicios de siglo decenas de científicos acumularon los huesos de las víctimas del primer genocidio del siglo XX. Su finalidad era estudiar la superioridad genética del hombre blanco. Esta no es la historia de cómo volvieron los huesos de la nación herero a Namibia, sino la historia de su genocidio.

El propósito de este ensayo es mostrar el peligro de conocer una historia única como bien explicaba la escritora feminista nigeriana Chimamanda Ngozi Adichie en uno de sus Ted Talks (2009), pues la narrativa que reciben los países europeos todavía hoy sobre los países del continente africano es limitada y tiene a menudo un enfoque particular.