El cuidado y uso del patrimonio cultural de los pueblos es fundamental para que perduren, y principalmente su lengua, ya que esta refleja la pertenencia a un grupo porque les permite comunicarse entre ellos. El pueblo Amazigh es una de las muchas poblaciones indígenas que han sido obligadas a dar la espalda a sus raíces a favor de la arabización para asegurar su supervivencia, lo que podría haber significado el fin del pueblo. Sin embargo, esto no ha ocurrido gracias a que, en las últimas décadas, se ha reivindicado la diversidad cultural como rasgo positivo para las sociedades, permitiendo a los Amazigh ejercer su cultura, disfrutarla y transmitirla de generación en generación.