La ciudad de Dakar no se entendería sin sus grafitis y murales, ya que estos fueron parte de una estrategia popular de mejora del entorno urbano en los años 80 y un movimiento de responsabilidad social y reivindicativa en respuesta al hastío provocado por la situación política. La consolidación de este modo de expresión llevó a la creación de Festigraff, el primer festival de este tipo en el continente africano.

La estrategia llevada a cabo por la Unión Africana (UA) y su rápida actuación han permitido mantener controlada la crisis sanitaria en el continente, y han mostrado unas cifras que han sorprendido a la comunidad internacional. A pesar de contar con unas estructuras debilitadas y una mayor escasez de recursos sanitarios en comparación con los países de occidente, África registra un número relativamente reducido de casos positivos y un porcentaje de fallecimientos que corresponde, aproximadamente, a la mitad del registrado en el continente europeo.

Existen diversos factores que afectan a la salud y el bienestar de las personas y aumentan el riesgo de sufrir, o ser más vulnerables, a determinadas enfermedades. Entre ellos se encuentran las condiciones del sistema sanitario local y la facilidad para acceder a él, la contaminación, una alimentación escasa o inadecuada y la sobrecarga física debida a trabajos que producen gran desgaste. Todos estos factores se dan frecuentemente entre las personas que viven en situación de pobreza, pero además, a ellos se suman otros riesgos derivados de las condiciones poco adecuadas del lugar en el que habitan.

Aunque el confinamiento general es probablemente el medio más eficaz para contener el coronavirus, en el contexto del continente más pobre del mundo, esto puede generar un sinfín de eternidades. Con todos los sectores del gobierno ya sobrecargados, un cierre duradero y severo como el que se ha visto desencadenará una enorme repercusión política, social y económica a largo plazo que podría ser más devastadora que el propio Covid-19. Muchas empresas de pequeña escala se arruinarán y millones de personas se verán sumidas en la pobreza y el hambre.

Los países africanos han incrementado sus esfuerzos para contener el virus. Sin embargo, estos se han visto dificultados por los déficits sistema de salud, las bajas condiciones sociales y la deuda con organismos internacionales. Con más de 400 millones de personas viviendo en pobreza extrema, sequías frecuentes, inundaciones y hambrunas, la gestión del coronavirus es un reto que va a costar superar.