Este acuerdo es fruto de un escenario de inestabilidad política, recesiones económicas y una dura crisis climática. Esta controvertida medida ha generado importantes críticas tanto por parte de la opinión pública internacional, como de los partidos políticos de la posición a Mnangagwa. «Tenemos la sensación de que Mnangagwa está profundamente mal informado sobre las causas reales de esta crisis en Zimbabwe o simplemente está capitulando ante la presión del mundo supremacista blanco» denunciaban desde Economic Freedom Fighters (Luchadores por la Libertad Económica) mediante un comunicado en el medio NewZimbawe.es