En Malabo no hay salas de teatro, pero en el paseo marítimo o en las plazas es fácil encontrar grupos de jóvenes que se reúnen a la salida de clase para ensayar obras y coreografías. En la capital de Guinea Ecuatorial, el tejido cultural está sostenido por colectivos juveniles que muchas veces nacen con el único objetivo de explorar intereses comunes, pero que terminan convirtiéndose en verdaderos agentes de cambio dentro de sus comunidades. Uno de ellos es Eticultura, que fomenta la inclusión de jóvenes con discapacidad a través de diversas actividades culturales.