Eticultura: «actuando» por la inclusión social en Guinea Ecuatorial

En Malabo no hay salas de teatro, pero en el paseo marítimo o en las plazas es fácil encontrar grupos de jóvenes que se reúnen a la salida de clase para ensayar obras y coreografías. En la capital de Guinea Ecuatorial, el tejido cultural está sostenido por colectivos juveniles que muchas veces nacen con el único objetivo de explorar intereses comunes, pero que terminan convirtiéndose en verdaderos agentes de cambio dentro de sus comunidades. Uno de ellos es Eticultura, que fomenta la inclusión de jóvenes con discapacidad a través de diversas actividades culturales.

Representación de Sombras, obra teatral para la inclusión de las personas con discapacidad. Imagen cedida por Eticultura

Aunque Eticultura es un colectivo joven, con poco más de dos años a sus espaldas, sus miembros tienen experiencia en la autogestión. Como apunta Elisa Rizo, muchos proceden de Bocamandja, la compañía de teatro más longeva del país, que comenzó su andadura hace 16 años también como agrupación juvenil. Desde sus inicios, la principal motivación de la compañía ha sido poner a la sociedad frente al espejo para fomentar el diálogo en torno a sus principales problemáticas.

Narciso Echuaca, actor de Bocamandja y fundador de Eticultura, nos explica que uno de estos desafíos es la escasa representación de las personas con discapacidad en la realidad ecuatoguineana. Ante la pregunta «¿Qué podemos hacer frente a esta situación?», la compañía decidió crear un espacio de trabajo específico para visibilizar a este grupo social y garantizar su participación en la vida cultural del país. Según Echuaca, este es el primer paso para impulsar referentes; empoderar a los jóvenes a través de la cultura para que participen en todos los ámbitos de la sociedad. Así nace Eticultura, Educación Técnica de Investigación Cultural.

El colectivo, que cuenta con unos 15 participantes en activo, aspira a que las personas con discapacidad sean mayoría en el grupo. Cada miembro es responsable de un aspecto de la gestión: la coordinación de las actividades, la producción, la búsqueda de financiación, la evaluación… Toman las decisiones en conjunto, en reuniones donde elaboran y dan seguimiento a un plan anual. De esta forma, el empoderamiento empieza en el propio colectivo.

Pero no queda ahí, porque la pasión que comparten las chicas y los chicos de Eticultura es la creación artística. Además de incorporar actores y actrices con discapacidad en sus obras, el grupo desarrolla actividades de dramaterapia y teatro para la inclusión social en colaboración con instituciones como el Centro Psiquiátrico de Sampaka, la Cruz Roja, los Centros Culturales de España en Bata y Malabo o los centros educativos.

El colectivo nos destaca los talleres de mímica con la participación de intérpretes de lengua de signos, en los que adolescentes con y sin discapacidad auditiva aprenden y trabajan en común. También las actividades de teatroterapia dirigidas a personas con discapacidad intelectual; en ellas, las herramientas del arte dramático sirven para estimular la socialización o el control sobre el propio cuerpo. Además, Eticultura organiza un festival de monólogos donde la inclusión es transversal: no se trata de que los humoristas hablen sobre este tema, sino de que las personas con discapacidad se animen a presentar el evento, competir con un monólogo o ser parte del jurado.

No es un camino fácil. Cuando preguntamos a Echuaca sobre las dificultades que enfrentan, la más importante es la financiación. Su única fuente de ingresos son las actuaciones en los centros culturales con motivo de efemérides como el Día Internacional de las Personas con Discapacidad, pero el COVID-19 les arrebató esta oportunidad en 2020. Durante la pandemia, tampoco han tenido acceso a los espacios en los que ensayaban habitualmente, ya que los centros culturales solo han abierto sus puertas de forma reciente. Para sobrevivir a esta situación, ha sido imprescindible tejer redes de colaboración con otras agrupaciones como Locos Por Cultura, que acogió en su sede el festival de monólogos.

También es fundamental el apoyo de las familias, aunque no siempre es fácil explicar el impacto positivo del teatro en sus hijas e hijos con discapacidad. El colectivo trabaja en este campo organizando varias colectas al año para apoyar con productos de primera necesidad a las familias que lo necesiten. También las animan a asistir a sus charlas de sensibilización sobre discapacidad y de «empoderamiento juvenil», en las que demuestran que las artes escénicas también pueden enseñarte a hablar en público, organizar un evento o resolver conflictos. 

Actualmente, Eticultura está retomando un proyecto que quedó en el tintero con la llegada del coronavirus, un festival de teatro que involucre al mayor número posible de compañías y agrupaciones con el compromiso de que todas ellas cuenten con actores y actrices con discapacidad. También están preparando «Pasos sociales», pequeñas escenas que retratan algunos de los problemas con los que deben lidiar los jóvenes: la escasa información sobre planificación familiar, el abandono escolar o la estigmatización de las personas que viven con el VIH. El pasado 3 de diciembre, Día Internacional de las Personas con Discapacidad, estrenaron un documental donde tres jóvenes del ámbito cultural explican, desde su experiencia, cuáles son los retos del sector para las personas del colectivo.

En cuanto al futuro son ambiciosos, les gustaría que las personas con discapacidad sean mayoría dentro del colectivo para liderar encuentros nacionales en los próximos años. Pero, sobre todo, que la inclusión no sea cosa de las efemérides, sino que forme parte de nuestra vida cotidiana.

Puedes seguir la pista de Eticultura en su cuenta de Twitter (@EticulturaG).

Artículo editado por Paula Sancho.

Referencias

Rizo, Elisa (2014). «El teatro en Guinea Ecuatorial: intrahistoria en tres actos (1990-2010)». World Languages and Cultures Publications, Iowa State University

Cuenta de Twitter de Eticultura: https://mobile.twitter.com/EticulturaG

Página web de Locos Por Cultura: https://locosporcultura.weebly.com/

Autor

  • María Pardo Fernández

    Gestora cultural con enfoque en desarrollo. Entiendo la cultura como una de las herramientas más potentes de transformación social, a través de la que podemos construir sociedades más equitativas y sostenibles.

    Ver todas las entradas

María Pardo Fernández

Gestora cultural con enfoque en desarrollo. Entiendo la cultura como una de las herramientas más potentes de transformación social, a través de la que podemos construir sociedades más equitativas y sostenibles.

Entrada siguiente

Todo lo que brilla son diamantes: el crecimiento económico de Botsuana

Mar Feb 1 , 2022
Después de ganar la independencia en 1966 de los británicos, Botsuana solo tuvo 12 kilómetros de carretera pavimentada, 22 graduados de la universidad y 100 personas graduadas de la escuela secundaria (Acemoglu et al., 2003).  En ese mismo año alcanzó un PIB (Producto Interno Bruto) per cápita de $663 y tuvo […]