Desde hace siglos, las distintas comunidades de África han desarrollado diferentes y particulares formas de gobernanza. Modelos ideados por y para grupos reducidos evolucionaron hasta ser efectivos para grandes civilizaciones y, al entrar en contacto con otras, se adaptaron hasta alcanzar nuestros días. Esto ha ocurrido con los sistemas políticos y de gobernanza de Camerún y Etiopía, dos países que, aunque situados en puntos opuestos del continente, comparten muchos rasgos y desafíos en su camino e historia política.