Desde hace siglos, las distintas comunidades de África han desarrollado diferentes y particulares formas de gobernanza. Modelos ideados por y para grupos reducidos evolucionaron hasta ser efectivos para grandes civilizaciones y, al entrar en contacto con otras, se adaptaron hasta alcanzar nuestros días. Esto ha ocurrido con los sistemas políticos y de gobernanza de Camerún y Etiopía, dos países que, aunque situados en puntos opuestos del continente, comparten muchos rasgos y desafíos en su camino e historia política.
África precolonial
Los sistemas políticos en África han sufrido una evolución constante. Desde modelos locales hasta la implementación de la democracia. Mali y Botsuana presentan recorridos propios. Mali fue pionero en justicia social con la Carta de Kurukan Fuga (1235), mientras que Botswana es hoy reconocida por sus procesos democráticos pacíficos y multipartidista desde su independencia.
El reparto de África o the Scramble for Africa realizado en 1885 durante la Conferencia de Berlín, asentó la idea colonial de que África necesitaba ser civilizada. Este discurso se vió fortalecido por la falta de fuentes escritas sobre el territorio. Sin embargo, la arqueología ha permitido afirmar que el continente precolonial ya contaba con una organización política, deslegitimada en la Conferencia por no ser igual a la occidental. Los Estados no hegemónicos y las sociedades sin Estado dividían el continente de norte a sur y de este a oeste. El Imperio de Ghana (siglo VII- siglo XII) es una prueba de ello.