La llegada del coronavirus

Mientras el globo combate la mortífera pandemia que se ha llevado ya miles de vidas y ha dejado a muchos otros en condiciones críticas, los países africanos centran sus esfuerzos en contener la expansión del virus.

Astou Diop, enfermera del Ministerio de Salud de Senegal. John Wessels / ALIMA

El coronavirus tardó al menos dos meses en llegar al continente a través de transeúntes de Asia, Europa y Estados Unidos. Egipto fue el primer estado africano y el vigésimo quinto en el mundo en confirmar un caso en febrero. Siguieron dos más en Nigeria y Algeria, a principios de marzo. De acuerdo con la Universidad John Hopkins y la Organización Mundial de la Salud hay más de 4.369.933 casos confirmados en más de 210 países, de los cuales 69.947 están en África.

Según la Dirección Regional para África de la OMS, si bien la expansión fue más lenta que en otras regiones del globo los casos de infección crecen de forma exponencial y el porcentaje de recuperación es muy bajo. El norte ha sido la zona más afectada con 23.731 casos, 1.297 muertes y 9.197 altas. Le siguen el oeste, con 20.782 casos, 431 muertes y 5.975 altas; el sudeste, con 12.270 casos, 225 muertes y 4.621altas; la región del este, que a mediados de mayo apuntó 6.874 casos, 212 muertes y 2.453 personas dadas de alta y el centro de África, con 6.290 casos, 245 muertes y 1.978 altas.

Según la Comisión Económica para África de la ONU, es posible que más de 300.000 africanos sucumban a la pandemia del Covid-19 y que empobrezca a otros millones de personas.

El continente africano tiene pocos casos en comparación con otras regiones. De hecho, el numero de decesos registrados en America o Europa son mucho mayores, lo que hace pensar que aún no ha sido golpeado por el Covid-19. Algunos expertos atribuyen las cifras a la falta de tests. En todo caso, África ha sido siempre vulnerable a grandes epidemias y pandemias. No se espera una remisión temprana, los expertos sanitarios avisan que lo peor está aún por llegar y, como dijo Melinda Gates, es cuestión de tiempo que en las calles se acumulen cadáveres.

Es sabido que uno de los mayores retos de África es un sistema de salud muy débil, pocos especialistas y falta de material sanitario. Estas dificultades prevalen en casi todos los estados aún y el apoyo que reciben de ONGs, fundaciones e instituciones como Médicos sin Fronteras, la Cruz Roja o la Organización Mundial de la Salud. 

Gendarmes senegaleses observando el cargamento de material médico donado por el millonario chino Jack Ma y la Fundación Alibaba en el Aeropuerto internacional Blaise Diagne. 2020.REUTERS/Zohra Bensemra

Además de la falta de recursos para monitorizar a los infectados, el escaso número de camas de UCI dificulta la gestión. Podemos comparar los recursos de dos estados desarrollados como Estados Unidos y Sudáfrica: en el primero hay 20 camas disponibles por cada 100.000 personas mientras que en el segundo solo hay 9 para el mismo numero de población. También preocupa la prevalencia de la pobreza y la hambruna que actúan como un muro en la lucha contra cualquier enfermedad infecciosa.

Abayomi Ajayi, un doctor nigeriano, apunta que gran parte de los estados gastan menos del 10% del PIB en salud. Los expertos explican que la falta de presupuesto puede dejar a la mitad de los africanos sin acceso a instalaciones médicas modernas y la OMS advierte que el Covid-19 puede suponer el mayor reto a la salud pública que nunca hayan enfrentado los estados africanos.

Traducción por Viviane Ogou i Corbi

Mahamadou Camara

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