El proceso de paz en Somalia en peligro

La Misión de la Unión Africana en Somalia (AMISOM) es una misión de paz constituida por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas en 2007. Su fin es recuperar un clima de entendimiento entre los diferentes actores que componen el territorio somalí; en concreto entre el Gobierno Federal y los diferentes Estados Federales. La Misión sigue en curso dados los obstáculos con los que se ha encontrado a lo largo de los años. En especial la organización terrorista Al-Shabaab, la debilitación de las relaciones con sus países aliados, Kenia y Etiopía, así como la tensión entre el Gobierno central y los Estados Federales.

Miembros de la AMISOM. Fuente: AMISOM

La yihad en Somalia: la amenaza de Al-Shabaab (الشباب)

Tras el nacimiento de la actual Somalia en 1960, fruto de la unificación de la Somalia británica y la Somalia italiana, se instauró en 1969 como consecuencia de un golpe militar el régimen del presidente Mohamed Said Barre. A finales de la década de los ochenta y principios de los noventa, la tensión entre los Estados Federales (EF) y el Gobierno Federal (GF) empezó a hacerse más visible debido a la formación de distintos grupos nacionalistas en los diferentes territorios. Esto culminó con el establecimiento de un Gobierno Federal de Transición (GFT) en 2004.

Al-Shabaab (Harakat al-Shabaab al-Mujahideen, حركة الشباب المجاهدين) quiere decir “Movimiento de jóvenes combatientes por el islam”. Su origen se remonta a los años 80, cuando se formó una organización que tenía el propósito de derrocar a Said Barre: la “Unión Islámica” (o Itihaad al-Islamiya). Tras su desmantelación en 1997, surgió la Unión de Tribunales Islámicos (UTI), donde se integró Al-Shabaab tras su creación a principios del 2000.

En 2006, la UTI consiguió hacerse con la capital, Mogadiscio, ampliando su margen de poder. No obstante, la ciudad fue devuelta a manos del GFT gracias a una intervención militar autorizada por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (CS) y la Unión Africana (UA), en la que participaron las autoridades etíopes. De esta derrota de la UTI se formaron dos bandos, uno con una naturaleza meramente opositora, Alianza para la Re-liberación de Somalia (ARS); y otro con un carácter más beligerante, que se integró en la figura de Al-Shabaab.

El 20 de febrero de 2007, el CS autorizó el establecimiento de la AMISOM mediante la resolución 1744, una misión compuesta por miembros provenientes de los diferentes países que rodean Somalia: Kenia, Uganda, Burundi, Yibuti, y Etiopía. Muchos ciudadanos vieron esta intromisión en territorio somalí como una “invasión extranjera”, lo que otorgó a Al-Shabaab más popularidad y, por tanto, más personas susceptibles de afiliarse.

En 2009, el líder de la ARS, Sharif Ahmed, fue elegido como presidente del GFT, algo que no gustó a los líderes de Al-Shabaab, los cuales lo declararon “apóstata y enemigo”. Fue en este contexto cuando, tras la paulatina debilitación de las actividades de la AMISOM, Al-Shabaab priorizó la conquista de Mogadiscio, objetivo que intentaron alcanzar en 2010 en la denominada “ofensiva del Ramadán”. Ésta fue contenida por las tropas de la AMISOM, lo que supuso la apertura de una disyuntiva interna en el seno de Al-Shabaab.

En 2012, la organización terrorista se convirtió en una de las filiales de Al-Qaeda, fruto de su descentralización. Su objetivo pasó a ser la islamización del territorio somalí en consonancia con la formación de una yihad global, tal como apunta Al-Qaeda.

A pesar de la posición defensiva que tomó Al-Shabaab en los años posteriores a 2010, sus ataques no dejaron de multiplicarse. La posición de Al-Shabaab resurgió a través de ataques de máxima gravedad, como el asalto a un centro comercial en Nairobi, Kenia, saldado con 72 víctimas mortales en 2013.

Ataques de Al-Shabaab entre 2012 y 2014, donde se puede ver que los Estados federales más afectados fueron Hirshabelle, Koonfur Galbeed y Jubalandia; incluyendo la región de Benadir, donde se encuentra Mogadiscio. Fuente: START

El último ataque registrado por Al-Shabaab hasta la fecha fue un atentado cerca del palacio presidencial de Somalia el pasado 13 de febrero de 2021, lo que significa que no ha desaparecido, ni mucho menos, la amenaza que representa. Sus ataques están volviendo a incrementar desde el inicio del proceso de transición. Sin embargo, estos perdieron fuerza desde la liberación de Mogadiscio y actualmente se centran en zonas rurales y operaciones suicidas.

Las relaciones con Kenia y Etiopía

La AMISOM, integrada por personal proveniente de países como Yibuti, Burundi, Uganda, Kenia o Etiopía, ha visto debilitadas sus fuerzas debido al enfriamiento de las relaciones de Somalia con Etiopía y Kenia. En el primer caso se produjo una retirada de las tropas etíopes de la Misión a causa del conflicto en la región nacional de Tigray en noviembre de 2000. Ello obligó a retirar aproximadamente a 3.0000 tropas.

El caso de Kenia destaca por unas relaciones estancadas desde el conflicto entre ambos países por la delimitación de la frontera marítima. Este caso fue llevado ante la Corte Internacional de Justicia, que deberá decidir sobre el mismo. Sin embargo, la gota que colmó el vaso fue la expulsión del embajador keniata de Somalia por interferir en las elecciones del Estado Federal de Jubalandia.

Además, existe una disyuntiva en las relaciones de estos dos países con Somalia, pues mientras Kenia aboga por actuar en favor de los intereses de los Estados federales somalíes, Etiopía tiene un comportamiento en consonancia con los intereses del Gobierno central.

La tensión entre el Gobierno federal y los Estados federales: el periodo de transición

Como resultado de la guerra civil que estalló en 1991, y tras la caída del hasta entonces Jefe de Estado Mohamed Sid Barre, Somalia se convirtió en un Estado fallido. El diplomático y Secretario de la Embajada española en Sofía (Bulgaria), Miguel Alonso Berrio, los define como aquellos Estados que “se muestran incapaces de mantener el monopolio del uso legítimo de la fuerza”; es decir, aquellos en los cuales hay una “carencia de gobernabilidad”. En los Estados fallidos, las autoridades estatales son inexistentes, así como su influencia para mantener el orden y el control. En resumen, no existe un Estado que pueda mantener unida a la región.

En el caso concreto somalí, fue en este punto cuando se produjeron los diversos conflictos internos que derivaron en la actual tensión del Gobierno Federal con los Estados federales. Un claro ejemplo de esta tensión es el clima separatista que se vive en el territorio de Somalilandia, que La Vanguardia incluso define como “país invisible”. Este territorio se autoproclamó independiente en 1991, siguiendo desde entonces un camino aislado en comparación con sus Estados Federales vecinos.

Somalia se compone administrativamente por seis Estados federales: Somalilandia, Puntlandia, Galmudug, Hirshabelle, Koonfur Galbeed y Jubalandia (a los que añadimos Benadir, donde se encuentra la capital, Mogadiscio). Fuente: Wikipedia – https://es.wikipedia.org/wiki/Somalia

Asimismo, la reciente crisis sobre las elecciones de Somalia, tanto las parlamentarias como las presidenciales, no ha hecho más que avivar el clima de hostilidad entre el Gobierno Federal y los Estados Federales, siendo el presidente Farmajo el protagonista del conflicto.

El 8 de febrero de 2021 terminó el mandato del presidente Mohamed Abdullahi “Farmajo” Mohamed (presidente Farmajo). A partir de este momento la oposición dejó de reconocerle como líder legítimo, pidiendo la convocación de elecciones. De hecho, en octubre de 2020 ya se exigía la convocación de elecciones parlamentarias y presidenciales, estando las primeras fijadas para diciembre de 2020 y las últimas para febrero de 2021. Este clima de hostilidad resultó, el pasado 19 de febrero de 2021, en 5 soldados muertos y una docena de personas heridas por protestar contra el actual presidente y el retraso de las elecciones.

La Resolución 2472 de 31 de mayo de 2019: una hoja de ruta

De nuevo, el CS se volvió a pronunciar sobre la situación en Somalia. Esta vez, y a diferencia de cuando lo hizo en 2007, se tuvo en cuenta la grave amenaza que supuso y sigue suponiendo Al-Shabaab para la seguridad y la estabilidad del territorio. En este caso, y ante la emergencia que sufría la región, el CS estableció una hoja de ruta con distintos puntos para alcanzar el fin de la AMISOM.

De entre ellos se pueden destacar la unificación de políticas entre el Gobierno Federal y los Estados Federales (plasmado en una Constitución provisional); una política de seguridad común en relación con la amenaza que constituye Al-Shabaab; y, por último, la formación de autoridades y estructuras capaces de hacer rendir cuentas que logren traspasar tal responsabilidad, que actualmente reside en la AMISOM, a las instituciones oficiales somalíes.

La necesidad de propuestas para la sociedad civil

El verdadero reto de la AMISOM reside, principalmente, en 3 Estados federales: Hirshabelle, Koonfur Galbeed y Jubalandia. En ellos la presencia de Al-Shabaab sigue siendo notoria y el alcance de las autoridades nacionales es prácticamente nulo. Son, en conclusión, territorios fuera del alcance de la ley.

Esto se encuentra en relativa contraposición con las alabanzas del Consejo de Seguridad al declarar que se han ido recuperando territorios frente a Al-Shabaab. Relativa porque, aunque se recuperen territorios, todavía queda un largo camino para que el imperio de la ley tome uniformidad, sobre todo si tenemos en cuenta que uno de los principales bloques de alianzas de la organización terrorista son las comunidades locales. En este sentido, es necesaria la oferta de una mejor alternativa para estos sujetos.

En la imagen se muestran más detalladamente y desde una perspectiva mucho más actual (2020) las zonas de control de Al-Shabaab y los lugares donde la AMISOM y el Gobierno Federal trabajan unidos. Fuente: Atalayar

Al-Shabaab representa, al igual que Al-Qaeda, un medio de vida mucho más atractivo para muchas personas. En primer lugar, se ofrece una salida a la frustración mediante la embarcación en una empresa en la que pueden vengarse de aquellas personas que consideran como “opresoras”, por ejemplo, los ejércitos extranjeros o el propio Gobierno Federal. También se ofrece un reconocimiento a aquellos que no logran cumplir todas sus expectativas, dándoles un hogar donde se les reconocerá como se debe. Aquí es donde se ubica la figura del mártir, pues se le da un reconocimiento de forma póstuma por su valor y dignidad en la batalla. En tercer lugar, se les otorga una identidad, un estatus, ya que hay quienes no hallan un sitio al que pertenecer, y lo encuentran en el seno de la organización terrorista. Por último, se da la oportunidad para aquellos que se consideran valerosos de encontrar esas emociones que, de otra manera, no podrían descubrir.

Si bien una mejor oferta de vida y desarrollo para las comunidades locales es vital para el fortalecimiento de Somalia, también es necesario que la AMISOM cuente con los medios y recursos imprescindibles para el desarrollo de sus actividades. Por tanto, el Gobierno Federal debe cuidar sus relaciones externas con los Estados que brindan los pilares sobre los que se asienta la Misión. Por último, el entendimiento entre el Gobierno Federal y los distintos Estados federales debe resolverse de forma pacífica y, como estableció el CS, en una Constitución Provisional, que otorgaría un margen de seguridad y estabilidad al proceso de transición.

Bibliografía:

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Atalayar. Urteaga, Diego. (02 de enero de 2020). Somalia, territorio sin tregua. Recuperado de https://atalayar.com/content/somalia-territorio-sin-tregua

Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. S/RES/2472 (2019). Recuperado de https://undocs.org/es/S/RES/2472(2019)

De la Corte Ibáñez, Luis. (2015). Al Shabaab en el Cuerno de África. Instituto Español de Estudios Estratégicos (IEEE).

DW. (13 de febrero de 2021). Atentado cerca del palacio presidencial de Somalia. Recuperado de https://www.dw.com/es/atentado-cerca-del-palacio-presidencial-de-somalia/a-56557724

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Europa press. (29 de noviembre de 2020). Somalia expulsa al embajador de Kenia por interferir en la crisis electoral en Jubalandia. Recuperado de https://www.europapress.es/internacional/noticia-somalia-expulsa-embajador-kenia-interferir-crisis-electoral-jubalandia-20201129203009.html

ISS, Institute for Security Studies. (15 de diciembre de 2020). Diplomatic and security challenges in the Horn of Africa threaten AMISOM’s capability in Somalia. Recuperado de https://issafrica.org/iss-today/regional-conflicts-add-to-somalias-security-concerns

Naranjo, José. (09 de febrero de 2021). El aplazamiento de las elecciones hunde a Somalia en una nueva crisis. El País. Recuperado de https://elpais.com/internacional/2021-02-09/el-aplazamiento-de-las-elecciones-hunde-a-somalia-en-una-nueva-crisis.html

START, National Consortium for the study of terrorism and reponses to terrorism. (abril de 2015). Al-Shabaab Attack on Garissa University in Kenya. Recuperado de https://start.umd.edu/pubs/STARTBackgroundReport_alShabaabGarissaU_April2015.pdf


Guillermo Moya Barba

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La reutilización de productos o materiales es una medida esencial para hacer frente a la crisis climática existente. Los residuos plásticos son de los más abundantes y su gestión inadecuada es ya un problema de escala global. Hace dos décadas se construyó la primera vivienda en el continente africano con botellas de plástico en lugar de ladrillos. Al tratarse de un desecho, su uso permitía abaratar el coste, al tiempo que reducía la contaminación del entorno. Desde entonces el plástico se ha utilizado de diferentes formas y actualmente, en algunos países, su procesado en fábricas lo ha convertido en la materia prima de los ladrillos que favorecen la construcción de un futuro más sostenible.