Movimientos Sociales por la Justicia Ambiental en Uganda, el epicentro de la acción por el clima en África

1

Desde el establecimiento de Fridays For Future, su influencia ha inspirado a miles de jóvenes a implicarse en una acción climática que tenga en cuenta la emergencia medioambiental en la que la Tierra se ve sumida en la actualidad. Uganda, siendo el país más joven del mundo, se convirtió en el escenario idóneo para que los movimientos por la justicia climática se desarrollen mediante el uso de redes sociales con el fin de organizarse y comunicarse.

La activista ugandesa Vanessa Nakate encabeza una marcha por el clima, Septiembre 2020. Fuente: BBC/Reuters

Cabe resaltar que las consecuencias del cambio climático en Uganda se asientan cada vez más en la actualidad del territorio, el cual se ha visto sometido a patrones medioambientales cada vez más extremos, donde destacan las largas sequías y grandes inundaciones que repercuten de manera directa en la agricultura. Dichos efectos ponen en alarma a la sociedad ugandesa debido a que la agricultura es tanto el principal medio de subsistencia como el sector económico más importante del país. La acción climática en Uganda liderada por Rise Up Movement y Fridays For Future pone en denuncia que estos fenómenos medioambientales ya están causando estragos en la seguridad alimentaria y salubridad del agua en el país, manifestando la necesidad de realizar intervenciones directas frente al calentamiento global.

Inicios del auge del movimiento climático junto a Vanessa Nakate

La movilización juvenil a favor de una justicia climática en Uganda consiguió un impacto a nivel global de la mano de Vanessa Nakate, una activista de 24 años que mostró su preocupación por la subida constante de temperaturas globales manifestándose durante meses frente al Parlamento de Uganda y demandó una acción climática efectiva por parte del Estado. Este primer acto, que dio comienzo en enero de 2019 y duró meses, puso de manifiesto la preocupación juvenil en relación al calentamiento global dando pasó así a la creación ugandesa de Fridays for Future en el verano de ese mismo año.

La participación de Vanessa Nakate en el Foro Económico Mundial de 2020 implicó la amplificación a nivel internacional de las voces africanas preocupadas por los efectos que la crisis medioambiental está provocando en la región. No obstante, su colaboración fue silenciada  por la eliminación de su figura en una imagen en la que ella salía junto a otras activistas climáticas

Frente a este errado acto en el que no se recortó tan sólo la figura de Vanessa Nakate en una foto, sino que también supuso la invisibilización de las voces provenientes del continente africano de manera global, la activista creó el movimiento Rise Up. Este tendría como claro objetivo dar mucha más visibilidad a las voces africanas que demandan una justicia climática de manera transversal e internacional. Actualmente tiene sedes en Zambia, Nigeria, Somalia, Senegal, Togo, Uganda y Sudáfrica, entre otros; su plataforma online se utiliza para crear comunidad y amplificar las redes que tienen los activistas africanos por la justicia climática a la hora de comunicarse.

Actualmente, Rise Up Movement y Fridays For Future serían las plataformas por la acción climática más activas en el panorama ugandés. Mientras que la primera es para crear vínculos entre diferentes activistas transnacionales, Fridays For Future se moviliza de forma online y también tiene presencia con diferentes actividades y protestas en toda Uganda.

Fridays for Future en Uganda: campañas y movilizaciones

La creación de Fridays For Future en Uganda se oficializó en verano de 2019 cuando un grupo de jóvenes universitarios, entre ellos Nierere Sadrach, preocupados por la cuestión medioambiental decidieron tomar una acción climática. Su incidencia política se centraría en presionar al Estado ugandés en declarar una emergencia climática que haga tomar al país la responsabilidad necesaria frente a las consecuencias que el calentamiento global están provocando en sus ciudadanos y territorio.

El hecho que Uganda sea un país que alberga alrededor de un 78% de jóvenes dentro de su población, invitaba a ser el escenario idóneo para el crecimiento de un movimiento por la justicia climática, como es Fridays For Future, que debe su crecimiento en masa y desarrollo a las redes sociales. Estas mismas han sido una herramienta esencial para el activismo climático con diferentes fines:

Crear conciencia respecto al cambio climático

Desde la plataforma de Fridays for the Future y los diferentes activistas que la componen, Twitter y Facebook son las vías principales para denunciar actos y promover la conciencia medioambiental. Estos han sido útiles para la creación de una comunidad que abogue por la acción climática, fortaleciéndose durante la emergencia sanitaria provocada por el COVID-19, a través de la movilización de hashtags han notificado cuestiones que no suelen ser reportadas por los medios convencionales, creando así una nueva fuente de información respecto a la emergencia medioambiental.

Un ejemplo de ello puede ser el movimiento online creado a partir de“#fightfor1point5”, donde activistas como Hilda F. Nakabuye, denuncian que la actual subida de temperaturas globales ya está siendo desastrosa para todos los ciudadanos; siendo el resultando de grandes sequías e inundaciones que derivan en insalubridad en el agua, inseguridad alimentaria y migraciones forzosas.

Mediante dicho hashtag se pretende concientizar sobre las consecuencias que ya está teniendo el calentamiento en Uganda con el fin de que se tomen acciones para evitar que la temperatura global se eleve en un próximo futura a 1.5 grados demás.

Denunciar actos dañinos para el medioambiente

Uno de los mayores problemas que tiene la acción climática son las restricciones que posee la causa a la hora de marchar, entendiéndose como un acto muy politizado que se debe frenar, las redes sociales han servido como medio neutral donde los activistas pueden demandar el cambio y denunciar actos que actualmente están acelerando la velocidad del calentamiento global.

En #SaveBugomaForest podemos encontrar tanto a activistas como a ONGs luchando por la preservación del bosque de Bugoma, hogar de chimpancés y gran diversidad de especies vegetales. Su territorio, que tiene actualmente una extensión de unas 40.000 hectáreas y delimita entre Uganda y República Democrática del Congo, ha ido perdiendo alrededor del 63% de su expansión a lo largo de apenas tres décadas. Los activistas por el clima invitan a la acción climática denunciando la tala de árboles indiscriminada que se está produciendo en este bosque para establecer ahí plantaciones de azúcar, de la mano de Hoima Sugar LTD y MZ Agencies por concesiones que les ha hecho el propio Estado.

El deseo de los activistas climáticos en querer preservar el bosque de Bugoma, a parte de implicar la defensa de la biodiversidad de la zona, también supone conservar al hacedor de lluvias del territorio que sirve de principal ayuda para la producción del cultivo de los pequeños agricultores ugandeses. La tala de sus árboles derivaría en una variación del clima de la zona donde tanto los chimpancés que habitan ahí como las aves, la producción de agua y cultivo local se verían severamente afectados.

Las redes sociales han sido el espacio seguro donde poder concientizar sobre la preservación de diversos bosques, ello lo podemos ver reflejado en #SaveCongoRainForest y #SaveBugomaForest. A través de estos medios, los activistas por el clima han creado comunidad y han podido informar sobre los peligros de la tala indiscriminada de árboles.

Llamada a la acción

El activismo online es el medio idóneo para propulsar toda movilización o marcha que necesite hacerse, además de invitar a más población joven a unirse a estas campañas. Podemos encontrar un ejemplo de ello en el movimiento #EndPlasticPollution creado por Nirere Sadrach, uno de los actuales coordinadores de Fridays For Future.

Esta campaña centra todos sus esfuerzos en informar del sobreconsumo que se hace del plástico en Uganda, de los peligros contaminantes que puede generar este en la sociedad si no es recogido y depositado en sitios pensados especialmente para ello. Sumado a esto, en #LakeShoreCleanUp, podemos ver una llamada a la acción climática de forma colectiva donde diferentes activistas y voluntarios han aunados sus fuerzas para la limpieza de residuos plásticos del Lago Victoria.

Esta llamada a la acción por el clima de la mano de los movimientos juveniles en Uganda se consigue gracias al amplificador de voces que han supuesto a día de hoy las redes sociales. El impacto social y el deseo por actuar frente a la emergencia climática ha dejado claros resultados en la juventud ugandesa que, actualmente, centra todas sus fuerzas en tener presencia de forma transversal para que su mensaje no se pierda y sus voces puedan ser cada vez mucho más escuchadas.

                                                                                                        

Sarahi Boleko

Hija de madre migrante con ascendencia ecuatoguineana criada en Madrid, por la intersección de mi identidad desde bien pequeña siempre he estado interesada en cuestiones sociales que ocurrían en todo medio global. Actualmente me considero activista por los derechos humanos, centrada en el ámbito de los movimientos sociales, migraciones y feminismos aplicando un pensamiento decolonial. Graduada en el Máster en Relaciones Internacionales y Estudios Africanos de la Universidad Autónoma de Madrid y en el Grado Universitario de Relaciones Internacionales (Inglés) por la Universidad Rey Juan Carlos.

Un comentario en «Movimientos Sociales por la Justicia Ambiental en Uganda, el epicentro de la acción por el clima en África»

Los comentarios están cerrados

Entrada siguiente

Etiopía, tierra prometida para los rastafaris

Vie Abr 23 , 2021
Ser rastafari significa mucho más que rastas, reggae y marihuana. Eso es lo que descubrí en mi último viaje a Etiopía. Cuando el recorrido casi tocaba a su fin, paramos en una comunidad rastafari, donde conocí de primera mano que el rastafarismo es un movimiento sociocultural influenciado por corrientes panafricanistas. Tiene, además, un fuerte componente religioso que considera entre otros asuntos, que Haile Selassie I, el último emperador de Etiopía, es la encarnación de Dios en la tierra.