SEYDOU DIOP: «NUESTRA REALIDAD DEBERÍA SALIR DIARIAMENTE EN LOS TELEDIARIOS, EN TODOS LOS LUGARES PÚBLICOS PARA SENSIBILIZAR»

Seydou Diop, miembro de la Asociación de Nuevos Ciudadanos por la Interculturalidad (ASNUCI). Fotografía cedida por Seydou Diop.

Seydou Diop es un joven senegalés miembro de la Asociación de Nuevos Cuidadanos por la Interculturalidad (ASNUCI), temporero y portavoz de la campaña #RegularizaciónYa. A lo largo de esta entrevista conoceremos un poco más su recorrido y la situación de sus compañeros y compañeras migrantes en los asentamientos chabolistas de Lepe. Igualmente, nos contará la labor de ASNUCI, la evolución de sus proyectos y sus expectativas de futuro.

El oro rojo de los campos de Huelva esconde prácticas laborales abusivas, condiciones de habitabilidad indignas e inhumanas y rechazo institucional hacia las personas temporeras migrantes. Afortunadamente, las personas esenciales para que todas esas fresas y frutos rojos puedan llegar a nuestras casas, es decir, los propios temporeros y temporeras migrantes, han desarrollado algunos proyectos de transformación social para visibilizar su situación y promover cambios.

Antes de empezar, para entrar en contexto, no está de más recordar qué dice la Constitución Española en su artículo 47 respecto al derecho de vivienda: «Todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada. Los poderes públicos promoverán las condiciones necesarias y establecerán las normas pertinentes para hacer efectivo este derecho, regulando la utilización del suelo de acuerdo con el interés general para impedir la especulación».

Buenos días Seydou, muchas gracias por participar y por tu disponibilidad para hablarnos sobre tu situación, la de tus compañeros/as y de la labor de la asociación ASNUCI.

En primer lugar, nos gustaría que nos hablases de tu historia y tu recorrido. ¿Cómo llegaste a Lepe y qué dificultades encontraste para llegar al continente europeo?

Mi proceso migratorio es muy similar al de muchos de mis compañeros y compañeras. Salí de Senegal y pasé por varios países del continente: Mali, Burkina Faso, Níger, Libia y después Italia. Fue un recorrido muy duro, repleto de violencia. Nuestro objetivo en Italia era llegar a España. Cuando llegué a España por primera vez, después de una corta estancia en Barcelona, fui a la campaña agrícola de Jaén. Una vez allí, conocí a compañeros que hablaban de la campaña de fruta roja en Huelva y es por eso que finalmente llegué a Lepe.

¿Cómo es el día a día en los asentamientos y en los campos de Huelva? ¿Crees que ocurre lo mismo en el resto de España?

La situación ha sido muy dura hasta llegar a donde he llegado actualmente. Estuve viviendo de forma irregular en los asentamientos chabolistas de Huelva. Tuve que aceptar esta situación. Estuve unos meses sin trabajo por falta de contactos, con muchas dificultades por la situación irregular. No tenemos la posibilidad de trabajar dignamente desde la irregularidad, nos expone mucho a los abusos laborales y no tenemos opción de denunciarlo por miedo a represalias. En la campaña de Albacete estuve 10 días durmiendo en la calle hasta que la policía me detuvo por no tener papeles y, tras estar unas horas en el calabozo, decidí regresar a Huelva. La verdad es que creo que la precariedad de las personas migrantes es muy grande en cualquier parte de España. Por lo que sé, en todos los pueblos agrícolas hay compañeros africanos sufriendo. De primera mano sé que en Lérida, en Albacete, en Jaén y en Huelva hay personas durmiendo en la calle. La ley de extranjería nos ha robado nuestra posibilidad de tener y luchar por un trabajo y una vivienda dignos. 

¿Esperabas encontrar esta situación en España? 

Al llegar a Huelva sabía que había asentamientos chabolistas. No tenía otra opción de alojamiento y por eso acepté que iba a vivir allí. Sin embargo, no esperaba estas condiciones de vida y de trabajo tan inhumanas.

¿Cuál es la situación de tus compañeros/as en Lepe? ¿Cuáles son sus estudios y qué objetivos y expectativas tienen sobre su futuro?

Como ya he mencionado, muchos hermanos están sufriendo explotaciones laborales que no pueden denunciar por su situación de vulnerabilidad. Si denuncian, puede haber respuestas y existe el miedo a que nos deporten. Esto afecta mucho a su salud mental. Solamente quieren trabajar y encontrar estabilidad y un futuro digno. Siento mucha frustración al ver cómo muchas expectativas de futuro se rompen de golpe por la falta de voluntad política. Esto forma parte del racismo y la xenofobia institucional. Toda mi preocupación es que las personas migrantes puedan encontrar una vivienda digna y que regularicen su situación. Vivir dignamente es un derecho humano reconocido universalmente.

¿Qué es ASNUCI y cuál es su labor? 

La Asociación de Nuevos Ciudadanos por la Interculturalidad (ASNUCI) nació para defender los derechos de los inmigrantes y tratar de encontrar solución a las injusticias que se llevan a cabo en los asentamientos chabolistas. Seguimos en pleno proceso de aprendizaje, pero sentimos un gran compromiso por construir un mundo justo. Hacemos un trabajo colaborativo y de comunidad, y la mayoría de nosotros lo hace de forma voluntaria. Desarrollamos proyectos humanos para defender la dignidad de las personas que sufren explotaciones laborales en los asentamientos chabolistas.

Hemos contratado a una trabajadora social, que gestiona todo el tema de empadronamiento y los temas administrativos. Nuestros hermanos de Senegal gestionan la contabilidad de la Asociación. En total, somos más de 1600 miembros de distintas nacionalidades. Igualmente, tenemos una tienda de segunda mano en Ayamonte para mantener el alquiler del centro de estancia diurna que tenemos en Lepe desde hace casi 10 años. También tenemos cursos de formación, actividades de ocio y deportivas, como un equipo de fútbol y clases de baile.

Es una asociación sin ánimo de lucro, y todos nuestros avances provienen de los esfuerzos de la sociedad civil. La puerta está totalmente abierta para quien quiera conocernos.

¿Cuál es la situación actual del albergue para personal temporero? ¿Crees que puede servir como ejemplo para que las instituciones públicas lleven a cabo una política de integración más humana?

Tras un año de esfuerzos, estamos a punto de abrir nuestro albergue para personal temporero. Hemos conseguido todo lo que nos hacía falta gracias al enorme esfuerzo de la sociedad civil, y eso es una responsabilidad muy grande. El albergue tiene 40 plazas de alojamiento y es necesario ser miembro de ASNUCI para poder quedarse. La estancia es rotativa cada seis meses. Es por tanto un albergue autosuficiente, en el que pagamos nuestra cuota para los pequeños arreglos y entre todos aportamos para mantenerlo en buenas condiciones.

Uno de nuestros objetivos principales con la construcción de este albergue es servir como ejemplo para otras organizaciones o instituciones. Para nosotros es una forma de demostrar que, si se quiere, se puede. Nosotros, como asociación, no podemos erradicar el chabolismo, porque carecemos de los recursos y del poder suficiente, pero sabemos que si las administraciones y los empresarios se organizan y tienen buena fe es posible erradicar el chabolismo con alternativas de alojamiento dignas para las personas trabajadoras sin hogar. 

Aprovecho esta situación para agradecer de nuevo a todas las personas que han aportado en nuestro proyecto, muchas de ellas incluso sin conocernos. Son personas solidarias que han confiado en él y que defienden nuestra causa. Este proyecto es fundamental para aliviar la situación del chabolismo en Lepe y para promover otras acciones públicas y privadas.

Hago un llamamiento a las autoridades locales y nacionales para que abran los ojos, afronten estas realidades y traten de resolver estas situaciones. Si una ONG sin ánimo de lucro llega a construir un albergue para 40 personas en menos de un año, no puede haber excusas por parte de las administraciones. Falta voluntad política para erradicar estas situaciones de vulnerabilidad que llevamos años viviendo.

¿Ha cambiado vuestra situación durante la pandemia? 

No ha habido ningún cambio administrativo respecto a nuestra situación en el último año. Todo lo que está cambiando es gracias a la sociedad civil. Los inmigrantes necesitan estabilidad y se nos está negando hasta el empadronamiento, a pesar de que la ley lo permite. Las autoridades no están haciendo efectivo el derecho al empadronamiento, existen muchas trabas y en la mayoría de los municipios no se permite a las personas que residen en los asentamientos a empadronarse. En Lepe hemos conseguido muchos empadronamientos en chabolas pero todavía hay muchas personas a las que se les niega este derecho. Hay gente que ha conseguido contrato de trabajo pero necesita empadronamiento para presentarlo. El empadronamiento es el primer paso para ser ciudadanos de este país. Necesitamos políticos con la buena voluntad de resolver los problemas, porque lo que estamos reivindicando es legítimo y algo que ningún ser humano debería vivir. Es fundamental tener una vida digna y no la estamos teniendo en estas condiciones.

¿Tienes esperanzas de que haya un proceso de regularización más firme, como los ejemplos de la vecina Portugal e Italia? ¿Habéis tenido apoyos de algún partido político?

España no tiene derecho a negarnos la regularización. Durante esta pandemia, el sector agrícola ha sido esencial para que todas las personas en este país no tuvieran problemas en el acceso a los alimentos. Lo mismo ha ocurrido con los trabajos de cuidados de personas dependientes. Ambos trabajos los llevan a cabo mayoritariamente personas migrantes. No entiendo por qué el actual gobierno progresista no quiere defender la justicia de esta campaña. Me parece una vergüenza y no tiene ninguna justificación legal. Ha habido excepciones, pero la mayoría ha rechazado en el Congreso la proposición no de ley de la campaña #RegularizaciónYa.


Esta campaña ha sido muy mediática y ha traspasado las fronteras nacionales. España debería dar ejemplo. En 2015 hubo una regularización en el gobierno de Zapatero y se ha demostrado que no hubo ningún efecto llamada ni ninguna crisis. Fue una cuestión de justicia. La regularización de nuestra situación es fundamental en nuestras vidas.

¿Qué le dirías a la gente que se opone a una regularización de los migrantes en situación irregular?

Hay demasiados prejuicios. Yo no pretendo convencer a nadie, voy a respetar independientemente de lo que pienses, pero no puedo estar de acuerdo con alguien que se niegue a regularizarnos. Quien no lo cree es porque no lo quiere ver. Nuestra situación es muy visible. Solamente hace falta viajar a los asentamientos chabolistas para ver nuestra realidad diaria.

Muchos políticos y parte de la sociedad civil infunden miedo y generan odio y es un mensaje que hace mucho daño. Nuestra realidad debería salir diariamente en los telediarios españoles. Debería enseñarse en las universidades, en las instituciones, en todos los lugares públicos para sensibilizar a las personas. Hay que contar la verdad.

España tampoco debe olvidar su realidad como país emigrante durante muchas décadas. Es necesario naturalizar esta situación. Yo he vivido en una chabola y debo contar esa verdad porque forma parte de mi realidad y mi historia. ¿Por qué lo tengo que esconder? Ya es hora de abrir los ojos y tratar de ponerse en la piel de las personas que han vivido estas situaciones.

¿Se puede transformar la narrativa sobre las migraciones en España y en Europa? ¿Qué tendríamos que hacer los jóvenes para contribuir a ese cambio?

Sí, esto es algo muy necesario. Para ello, como ya he dicho, se necesita muchísima sensibilización. Al mismo tiempo, para transformar la narrativa es necesario integrar a los inmigrantes. Entiendo que vivamos distintas realidades, y que mucha gente nunca va a tener que enfrentarse a la migración, pero necesitamos miradas humildes que se alejen de las visiones de superioridad. Yo estoy orgulloso de ser africano y senegalés, y no soy culpable de haber tenido que vivir esta situación.

El respeto es fundamental para sensibilizar. Arriesgamos nuestra vida para vivir, es necesario resolver los problemas de integración. Y entenderlo, como ya he dicho antes, a través de la sensibilización. Los jóvenes son el futuro y deben movilizarse para que las cosas cambien. No podemos seguir dejando a gente atrás.

¿Qué necesitáis para seguir escalando en vuestro proyecto? ¿Cómo os podemos apoyar? 

Siempre hace falta apoyo. Tenemos muchísimas ideas que no podemos llevar a cabo por falta de recursos. Como ya he dicho, somos una asociación sin ánimo de lucro. Solo pedimos a quienes quieran ayudarnos a erradicar esta situación que nos contacten a través de nuestras redes sociales o la página web. Podemos trabajar conjuntamente para no dejar a nadie atrás. La voluntad y la idea de cambio la tenemos, solo nos faltan más medios para actuar y llegar a más gente. Estamos resolviendo muchas cosas pero todavía falta mucho. Trabajamos con las personas más vulnerables y excluidas, de las que no se encarga el Estado. 

Se tiene que alejar la idea de que estamos fomentando la inmigración irregular. Solamente queremos mejorar nuestra situación y no podemos seguir esperando a las instituciones. Ese ha sido el motivo principal de sacar este proyecto adelante.

sergiobolea

Graduado en Relaciones Internacionales, Máster en Globalización y Desarrollo en el Instituto Hegoa (UPV/EHU). Especialmente interesado en los procesos de desarrollo, la cooperación internacional y las migraciones.

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