Políticas migratorias de la Unión Europea. (Fotografía: pexels.com).
- En la elaboración de este artículo participan Jesús Romero y Fatoumata Dansoko Tall.
El Nuevo Pacto en Migración y Asilo modifica las normas de acogida y de gestión fronteriza de la Unión Europea, tras que la crisis política vinculada a la llegada de personas refugiadas procedente de Síria en 2015 generara tensiones entre los Estados miembros. Un pacto aplaudido por los partidos socialdemocratas y democristianos, y fuertemente criticado por los movimientos sociales y la sociedad civil.
Después de una parálisis que ha durado tres años, el pasado mes de octubre, los 27 alcanzaron un acuerdo con el que se desbloqueó el proceso hacia un pacto migratorio común, tal y como propuso la Comisión Europea en septiembre de 2020.
Posteriormente, el acuerdo alcanzado dio inicio a un proceso burocrático que concluyó el pasado 10 de abril con la ratificación del Nuevo Pacto sobre Migración y Asilo de la Unión Europea (EU). Aunque está pendiente de que lo adopte el Consejo Europeo.
Claves del acuerdo
La historia de este nuevo Pacto comienza en el otoño de 2020, cuando la Comisión, tras previas y largas consultas, introdujo varias regulaciones legislativas para reformar el sistema de asilo de la Unión. Al mismo tiempo, cabe destacar que dichas propuestas vienen incentivadas por la denominada “crisis de los refugiados” de 2015, acontecimiento que dio lugar a fuertes polarizaciones entre los Estados miembros, aplicaciones más restrictivas en las solicitudes de asilo, un mayor refuerzo en la fronteras exteriores de Schengen, y quejas de los Estados del sur por el reparto y la atención desiguales de los inmigrantes llegados a sus costas. Desde la crisis de 2015, la gestión migratoria en Europa (reparto de peticionarios, externalización y gestión de fronteras controles en los flujos migratorios internos, retornos y devoluciones en caliente…) ha sido uno de los temas principales de sucesivos debates y divergencias en el seno del Consejo de la Unión Europea (UE).
Oficialmente nombrado como Nuevo Pacto sobre Migración y Asilo, son cinco medidas legislativas aprobadas por el Parlamento Europeo para reformar las reglas de la UE en cuestiones de migración y asilo. En su totalidad, el nuevo marco regulatorio está conformado por el citado »Reglamento relativo a las situaciones de crisis y de fuerza mayor en el ámbito de la migración y el asilo», otro sobre gestión de Asilo y la Migración y un tercero enfocado en los procedimientos de Asilo.
A grandes rasgos, se trata de un acuerdo dirigido a la unificación de criterios respecto al control y manejo de la inmigración en momentos de llegadas “excepcionalmente altas”, que pasan a tener la consideración de situaciones de crisis o situaciones de fuerza mayor. Sin embargo, el acuerdo tiene varias claves que conviene tener en cuenta. En primer lugar, se trata de uno de los grandes proyectos políticos de la UE en los últimos años y una apuesta de la Comisión Europea bajo la presidencia de Ursula von der Leyen.
A nivel normativo, el nuevo Pacto establece un marco que permitirá a los Estados europeos “hacer frente a situaciones de crisis en el ámbito del asilo y la migración”, situaciones que quedan definidas, pero que se abordarán con determinadas normas, según la nota informativa publicada por el Consejo de la Unión Europea. En términos generales, el reglamento supone un paso adelante en cuanto al refuerzo de los sistemas de recepción y asilo, o lo que es lo mismo, mayores restricciones y un endurecimiento de las políticas europeas en este campo.
Implicaciones del nuevo pacto
El pacto crea un nuevo sistema de control fronterizo y un nuevo protocolo de actuación a la hora de procesar solicitudes de asilo. Lo más destacado es la introducción de un nuevo marco que se ha denominado de solidaridad flexible. La solidaridad flexible es una cláusula obligatoria para todos los socios por la cual deben contribuir en la gestión de flujos migratorios.
Esta solidaridad permite a un Estado que enfrente una situación de crisis solicitar la ayuda de otros países comunitarios. La ayuda, según el Consejo, puede materializarse de tres formas: con la reubicación de solicitantes de asilo, con compensaciones o con contribuciones y otras “medidas de solidaridad alternativas”. Eso sí, todas estas opciones deben contar con la autorización del Consejo para aplicarse.
CEAR, la Comisión Española de Ayuda al Refugiado, ya advertía en 2020 que el sistema de solidaridad constituye un “menú a la carta para los Estados que pone el foco especialmente en el retorno dejando en un segundo plano la protección de las personas que llegan”, además de de endurecer las condiciones de asilo.
Otra de las cláusulas contenidas pone el foco en las organizaciones de socorro y ayuda humanitaria hasta el punto que suponen, en la práctica, fuertes limitaciones al trabajo de las oenegés y trabajadores humanitarios hasta el punto de criminalizar el socorro, dejando la puerta abierta a posibles sanciones para estos grupos. En paralelo, la UE sigue apostando por el refuerzo de FRONTEX, la Agencia Europea de la Guardia de Fronteras y Costas, a pesar de las críticas que ha recibido la agencia así como acuerdos con terceros países para la externalización de fronteras como el firmado con Turquía en 2016 o el alcanzado con Túnez en julio del pasado año.
Los acuerdos con terceros países, nuevo elemento clave
No es un hecho nuevo que Bruselas refuerce la colaboración con terceros países para controlar los diferentes corredores migratorios con destino al Europa, siendo el África subsahariana la región en donde la externalización de fronteras europeas tiene mayor presencia y agresividad.
El proceso de externalización de fronteras europeos ha venido reforzándose desde hace casi una década y en distintos ámbitos y frentes. Desde 2016 la UE ha venido dotando de fondos a Turquía para asegurar el control, detención y expulsión de migrantes antes de su arribo a las fronteras europeas.
La misma política llevaba a cabo con Estambul se ha extendido a otros países, especialmente los del norte de África. En julio de 2023, la Unión firmó un Memorándum de Entendimiento con Túnez que contemplaba dar apoyo al país africano para desincentivar la migración a Europa. Estas prácticas han sido denunciadas por multitud de organizaciones de Derechos Humanos ya que en muchos de estos países considerados de tránsito, se ha generado una ola de violencia y persecución contras los migrantes que se ven atrapados. No hay posibilidad de volver, pero cada vez es más difícil alcanzar Europa.
En Marruecos, Libia, Argelia, Túnez o Mauritania se han repetido imágenes de migrantes expulsados de vuelta al desierto, sin agua, ni suministros, totalmente abandonados. A eso hay que sumar las situaciones de maltrato, tráfico y explotación sexual a la que se enfrentan muchas personas migrantes, en especial, las mujeres. Ante la dificultad de llegar a Europa a través del norte, la ruta canaria entre Senegal y las Islas Canarias se ha reactivado. Se trata de una de las formas más difíciles de pasar a Europa, sin embargo, en 2023, casi 40.000 personas se lanzaron al mar, una tendencia que se mantiene en el año en curso. No es sino una muestra del fracaso de las políticas comunitarias respecto a esta cuestión.
Visita del interior de la valla fronteriza entre España y Marruecos en el barrio ceutí de Benzú, Ceuta. (Fotografía: Flickr.com).
Medios de comunicación y narrativa respecto al pacto
En todo este proceso, los medios de comunicación y la narrativa generada en torno al pacto es un elemento importante. Los medios transmiten las intenciones de las instituciones y ayudan también a la construcción de imaginarios colectivos, de sentidos comunes y de discursos. No estamos ante ninguna excepción en el caso de este nuevo pacto, esto se hace evidente en los silencios, en el vocabulario escogido para abordar la noticia y sobre todo en qué actores se pone el foco (y a quienes en la sombra) para informar del pacto.
Tras un repaso al tratamiento mediático que se le ha dado al pacto, cabe destacar varios elementos en común. Por un lado, se hace especial énfasis en que este acuerdo se funda con el ánimo de crear un mecanismo común en la gestión de la migración y en un plan que es «corresponsable y solidario» tal y como lo define la UE. Trasladado a la prensa, es posible encontrar enunciados como «los veintisiete avanzan» o «los veintisiete fijan su posición sobre» «los veintisiete han certificado» quizá en una voluntad de mostrar al lector que la importancia reside en el hecho de haber llegado al acuerdo y no tanto en el cómo , el para qué o las consecuencias que este vaya a tener sobre. Por lo tanto el primer enfoque que exponemos peca un tanto de «estatocentrismo» ya que se traslada la idea que esto va principalmente de un asuntos que compete únicamente a esos 27 estados miembros.
Y en el que no hay apenas disensos y que comparte la totalidad de ellos, sin embargo, cuando se quiere señalar la falta de consenso que rodea el pacto no se hace de manera holística sino que se señala que, básicamente la oposición o el malestar proviene de parte de ciertos dirigentes (Italia, Hungría y Polonia) que ejercen presión con una doble intención: endurecer el pacto y las condiciones , y aprovecharlo para reafirmarse en clave nacional.
Un segundo enfoque a señalar es la constante referencia a la crisis migratoria de 2015-2016 cómo «mito fundador» de este pacto. La mayoría de los medios utilizan esta referencia para que el lector comprenda el porqué de la necesidad de este acuerdo y también, por otra parte, legitimarse sin tampoco cuestionar el porqué, el cómo y el para qué del mismo. El contenido del pacto apenas se aborda de manera crítica, únicamente se hace referencia a que trae consigo más restricciones a los migrantes y demandantes de asilo, pero un maravilloso tejido de solidaridad entre los 27.
Un tercer aspecto son los silencios y los grandes olvidados del enfoque mediático. Si bien las “necesidades” e influencia en la conformación del pacto de los Orban, Meloni y compañía ocupan grandes titulares y análisis, mientras tanto, las peticiones, necesidades de los demandantes de asilo y migrantes han quedado claramente en un segundo plano. Poco se habla de la reivindicación de la posibilidad de solicitar la asilo en cualquier embajada europea para así generar para los asilados vías seguras por las que poder migrar si poner en riesgo sus vidas.
Por otra parte, hay gran silencio sobre el hecho de este pacto ahonda y se entronca aún más en la externalización de las fronteras más allá incluso de los países fronterizos y las consecuencias de la misma, como las atrocidades vistas en países como Túnez o Libia.
Estos tres enfoques nos dan una idea del tipo de narrativa que se nos impone que es la de la legitimación del pacto: primeramente que se trata de un pacto importante y ansiado (desde los estados) pese a las reticencias de gobiernos que exigen un marco más restrictivo, invisibilizando a su vez a los colectivos que exigen un pacto que cumpla con los derechos humanos. En segundo lugar, que la necesidad del pacto deriva de una imposibilidad en la correcta gestión de la migración y la acogida – algo que no se puso en cuestión con respecto al éxodo ucraniano – que se puso de manifiesto en el 2015-2016. En tercer lugar, el hecho de la importancia de que los países miembros hayan llegado a un acuerdo opacan otras cuestiones como el respecto de las necesidades de los demandantes de asilo o del refuerzo de la externalización de las fronteras.
Conclusión: ¿Un pacto de emergencia?
Desde Puerta de África señalammos que , en primer lugar la aplicacion de este nuevo pacto no está bien definida. Por una parte, comporta una serie de reglamentos imprecisos sobre la manera de proceder en las solicitudes de asilo, con la finalidad última de reducir los plazos y resolver las demandas de forma holística.
Por otra , a lo largo del documento se alude a la ‘’solidaridad de los 27’’ para la acogida de los inmigrantes. El pacto, según especialistas, no viene a mejorar en nada la situación de los migrantes y solicitantes de asilo (e incluso se considera a nivel personal que, “para lo que se ha acordado, mejor mantener lo que había”). El proyecto, anunciado en 2015, con los años ha perdido su propósito inicial y ha derivado en lo existe actualmente y que introduce este nuevo marco regulatorio.
En segundo lugar, este acuerdo no muestra visión comunitaria firme de protección e integración de jóvenes migrantes, sino que da mayor importancia a la gestión y distribución de la migración basándose en los intereses de Estados Nacionales. Precisamente, viene a significar las nuevas relaciones UE-África en función de la necesidad de la mano de obra migrante. Como resultado: problemas demográfico graves, selección a la carta de inmigrantes, falta de política conjunta en emprendimiento y acción, aumento de externalización de fronteras hacia terceros países,
Por ultimo, existe la problemática del término «país seguro». No existe hay una guía ni parámetros oficiales para considerar lo que es un país seguro y, en ese sentido, el texto refuerza las expulsiones a países de tránsito (no ya de origen), lo que supone una brecha grande en términos de respeto por los Derechos Humanos.
Referencias
Al Jazeera (2024, febrero 28). Asylum applications in the EU hit seven-year high. https://www.aljazeera.com/news/2024/2/28/asylum-applications-in-the-eu-reach-a-seven-year-high
Amnistía Internacional (2023, julio 18). UE y Túnez: El acuerdo sobre migración “hace cómplice a la UE” en abusos contra personas refugiadas, solicitantes de asilo y migrantes. https://www.es.amnesty.org/en-que-estamos/noticias/noticia/articulo/ue-tunez-acuerdo-migracion/
CEAR (n.d.) Nuevo Pacto Europeo de Migración y Asilo. https://www.cear.es/sections-post/pacto-europeo-de-migracion-y-asilo/
Euronews (2024, abril 10). El Parlamento Europeo aprueba por un estrecho margen la reforma migratoria de la UE. https://es.euronews.com/my-europe/2024/04/10/el-parlamento-europeo-aprueba-por-un-estrecho-margen-la-reforma-migratoria-de-la-ue
European Comission (2024, abril 11). Pact on Migration and Asylum. https://home-affairs.ec.europa.eu/policies/migration-and-asylum/pact-migration-and-asylum_en
European Parliament (2016). Eu-Turkey Statement & Action Plan. https://www.europarl.europa.eu/legislative-train/theme-towards-a-new-policy-on-migration/file-eu-turkey-statement-action-plan
Gasteli, N. (2023, julio 31). ‘They want to kill us’: Refugees left stranded in Tunisian desert speak of their despair, en Le Monde. https://www.lemonde.fr/en/le-monde-africa/article/2023/07/31/they-want-to-kill-us-tunis-refugees-left-stranded-in-desert-speak-of-their-despair_6074063_124.html
International Organization for Migration (2023, diciembre). West and Central Africa — Irregular Migration Routes to Europe — Western African Atlantic Route (January – December 2023). https://dtm.iom.int/reports/west-and-central-africa-irregular-migration-routes-europe-western-african-atlantic-route-4
Jacqué, P. (2023, noviembre 20). L’Union européenne tentée par l’externalisation de la gestion de l’immigration, en Le Monde. https://www.lemonde.fr/international/article/2023/11/20/l-union-europeenne-tentee-par-l-externalisation-de-la-gestion-de-l-immigration_6201223_3210.html
Schmitz, F. (2022, octubre 20). Demoledor informe sobre la agencia europea Frontex, en Deutsche Welle. https://www.dw.com/es/demoledor-informe-sobre-la-agencia-fronteriza-europea-frontex/a-63510925