Históricamente España ha estado estrechamente vinculado al continente africano tanto por medio de relaciones comerciales, cooperación militar e incluso población. El cambio climático, los efectos del COVID 19 o la seguridad en regiones como el Sahel pueden marcar el futuro de África e influencia el devenir de España, por lo que el refuerzo de la asociación militar se ha tornado una prioridad.

La muerte de George Floyd ha propiciado una oleada de protestas masivas a nivel internacional, empezando por Estados Unidos y extendiéndose al resto de continentes, con la intención de poner de manifiesto el racismo sistémico y la discriminación institucional que millones de personas sufren por su color de piel o su etnia.

Existen diversos factores que afectan a la salud y el bienestar de las personas y aumentan el riesgo de sufrir, o ser más vulnerables, a determinadas enfermedades. Entre ellos se encuentran las condiciones del sistema sanitario local y la facilidad para acceder a él, la contaminación, una alimentación escasa o inadecuada y la sobrecarga física debida a trabajos que producen gran desgaste. Todos estos factores se dan frecuentemente entre las personas que viven en situación de pobreza, pero además, a ellos se suman otros riesgos derivados de las condiciones poco adecuadas del lugar en el que habitan.

Hace menos de una semana la estatua del colonizador y rey belga Leopoldo II amaneció pintada de rojo como símbolo de rechazo a su actividad conquistadora y saqueadora sobre la República Democrática del Congo. De la misma forma, la figura del traficante de esclavos Edward Colston, cuya presencia era alabada desde 1895, fue tumbada y arrojada sobre un río en Bristol; como una declaración de intenciones para terminar con todo símbolo colonial, de los cuales deriva la opresión sistémica que ha sido duramente criticada desde la muerte de George Floyd, el pasado 25 de mayo.

El 25 de mayo, el día de África, la Oficina de la enviada especial para la juventud, Aya Chebbi, de la Unión Africana, organizó la conferencia: ¿cómo la juventud puede silenciar las armas? Durante la conferencia se examinó cómo las agendas que no consideran a la juventud en sus políticas son más susceptibles de fracasar.

El 19 de enero de este mismo año, representantes de los dos proclamados ‘legítimos’ gobiernos libios – el respaldado por la comunidad internacional y liderado por Fayez Al-Sarraj, y el encabezado por el comandante Jalifa Haftar, de las fuerzas rebeldes y antiguo miembro del régimen de Muamar al Gadafi – se reunieron en Berlín con motivo de acabar con las tensiones que han ocupado las calles desde la primavera Árabe en 2011.

Quico Germain es un joven de 25 años que vive en Uganda. A los 19, tras participar de diferentes proyectos, decidió terminar el segundo año de estudio, coger una avión a Tanzania sin billete de vuelta y empezar a trabajar como cooperante. Descontento con el proyecto en el acabó, decidió viajar, conocer diferentes iniciativas y terminó en Uganda donde conoció a Deborah, la directora de un orfanato. Poco después fundó la Asociación Petits Detalls, una entidad que escala iniciativas locales para fomentar el desarrollo.